Cuando decidimos iniciar un programa de entrenamiento, nos preguntamos si será buena idea motivar a un amigo para no tener que pasar por el proceso solo. La otra opción es entrenar por nuestra cuenta, ya sea con la ayuda de un entrenador personal o siendo autodidacta.
Al momento de tomar la decisión debes tener en cuenta los beneficios y aspectos negativos de cada opción. Aquí te comentamos algunos, aunque siempre va a depender de qué tan comprometido estés con tu entrenamiento y objetivo.
Entrenar solo:
Concentración: Suele ser mucho mayor, porque no existe ningún elemento externo al entrenamiento que pueda causar distracción. Solo debes centrarte en la correcta ejecución de los ejercicios y en las indicaciones del entrenador. No hay tiempo perdido en mirar al compañero, risas, conversación, etc.
Ejecución: Puede ser más efectiva si entrenas en solitario, porque el entrenador solo está pendiente de ti y de que realices los ejercicios correctamente. Si estás con más compañeros, sean 3, 6, 9, será más difícil que los ojos y mente del trainer solo estén focalizados en ti.
Entrenar con compañero o en grupo:
Motivación: En algunos casos hay una mayor motivación en el entrenamiento grupal. Existe una atmósfera de equipo, de apoyarse unos a otros, de retarse o competencia sana, darse ánimos cuando se flaquea y poder comentar, al final de la sesión, cómo ha ido el entrenamiento.
Además, si entrenas con un compañero, se están motivando para no faltar, para mantenerse enfocados en el objetivo que se hayan planteado.
Económico: Entre dos o tres personas pueden pagar el costo de un personal trainer, lo que les ayudará a ejecutar de mejor manera los ejercicios, consiguiendo mejores resultados.
Intensidad: “Cuando entrenas con otra persona, la intensidad siempre será mayor que cuando estás solo”, dice un experto, aunque agrega que el partner que elijas debe tener –más o menos- el mismo nivel atlético que tú. Si tu amigo/a lleva mucho más tiempo entrenando, lo más probable es que quede relegado en todos los ejercicios.
