Como ya lo hemos dejado en claro, el entrenamiento va siempre de la mano con una buena alimentación. En ese sentido, la comida post ejercicio es clave, independiente del objetivo que se busque.
Si nuestro objetivo es el fortalecimiento muscular, lo que necesitamos son alimentos que ayuden a recuperar los nutrientes perdidos en el entrenamiento y a regenerar el tejido muscular. Además, en este caso, lo ideal es comer algo en los cuarenta minutos posteriores de la finalización del ejercicio, ya que el cuerpo asimilará mejor los nutrientes.
Pero, ¿qué alimentos debemos preferir al terminar un entrenamiento? Carbohidratos complejos (contienen más fibra), proteínas y grasas saludables. Los primeros te aportarán la energía necesaria para recuperarte, mientras que las proteínas ayudan a desarrollar masa muscular. En cuanto a las grasas saludables, reducen el riesgo de sufrir lesiones, ya que protegen a las articulaciones del desgaste, dolor e inflamación.
Ejemplos:
Proteínas: leche (con chocolate o con frutas), plátanos (ayuda a reponer reservas de glucosa), pavo, pollo (pechuga cocida en agua), atún, salmón, huevo (omelettes, revueltos, duros).
Carbohidratos complejos: avena, papa, arroz integral, pan integral, pasta integral, quinoa.
Grasas saludables: Aceite de oliva, aceite de coco, palta (aguacate), frutos secos (nueces y almendras).
Otros alimentos que puedes disfrutar una vez finalizado el entrenamiento son: mantequilla de maní, galletas crackers, batidos de frutas, yogur griego, quesillo.
Por su puesto que la alimentación luego de hacer deporte debe ser equilibrada, y no en grandes cantidades, de manera de no tirar por la borda todo el esfuerzo realizado. Además, es importante señalar que si tu entrenamiento duró más de una hora, con gran esfuerzo, es recomendable ingerir bebidas isotónicas o deportivas, o gran cantidad de agua.