La alimentación es un tema fundamental para las personas que realizan deporte, ya sea en profesionales o amateurs. Una dieta balanceada es clave a la hora de alcanzar nuestras metas, que pueden ser mejorar el rendimiento físico o bajar de peso. Es por ello que el consumo de alcohol es un punto sensible, ya que el abuso en su ingesta nos podría perjudicar severamente.
Lo ideal sería no beber alcohol si se realiza actividad deportiva con regularidad. En caso de no poder dejarlo, se recomienda moderación. Por ejemplo, una lata de cerveza (350 cc) contiene aproximadamente 150 calorías. Una cantidad adecuada sería de una lata al día en mujeres y dos en hombres. De todas formas, es importante recalcar que afectará tu rendimiento y tiempo de recuperación.
Entre los principales perjuicios que provoca el consumo constante de alcohol están:
– Efectos negativos en la psicomotricidad (Tiempo de reacción, coordinación de ojos y manos, precisión, balance y coordinación general).
– Altera la regulación de la temperatura del cuerpo mientras se realiza ejercicio en un ambiente frío, cuando es por un tiempo prolongado.
– Disminuye la fuerza, potencia, tolerancia muscular (incluyendo la cardiovascular) y la velocidad.
– Afecta el sistema nervioso central, provocando euforia, deshinibición, mareos, somnolencia, alucinaciones, etc.
– El consumo a lo largo de los años genera daños a nivel hepático, cerebral, muscular y cardiovascular.
Algunos estudios han exhibido los beneficios para la salud de beber alcohol en forma moderada, principalmente los derivados de la fermentación (Vino o cerveza). No obstante, para los deportistas su uso acarrea más desventajas que aspectos positivos, por lo que su consumo debería estar restringido casi en su totalidad.
